A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN
Siguiendo la indicación de Pablo hacemos oración por todos los hombres del mundo, sabiendo que esto es grato a tus ojos, repetimos:
R. A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN.
1. Por la Iglesia, y por todos los que formamos parte de ella para que sea la oración de unos por otros la fuerza que nos lleve hacia adelante.
R. A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN.
2. Por los que dirigen las naciones para que administren con rectitud los bienes atendiendo a los más desfavorecidos.
OREMOS.
R. A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN.
3. Por los que sufren en sus trabajos, en sus familias, en su entorno algún desajuste para que el Señor haga rectificar esas malas actuaciones.
OREMOS.
R. A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN.
4. Por los que sufren enfermedad y por todos aquellos que los atienden para que esos momentos sean fructíferos en el futuro.
OREMOS.
R. A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN.
5. Por los padres de familia, por los educadores, y todos aquellos de los que depende la educación de los niños y los jóvenes para que sean fieles a la doctrina de Cristo y no se aparten del camino por el trazado.
OREMOS.
R. A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN.
6. Por los que nos hallamos aquí reunidos en facebook y en todas las redes sociales para que seamos acogidos por Cristo en su mesa celestial
OREMOS.
R. A TI SEÑOR, ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN.
Alzamos las manos a Ti Padre Omnipotente, presentando las necesidades del mundo. Danos a todos aquello que necesitamos para llevar una vida acorde a tus designios.
Por Jesucristo Nuestro Señor,
Amén
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Hoy vuelvo de lejos, de lejos. Hoy vuelvo a tu casa, Señor, a mi casa y un abrazo me has dado, Padre del alma, y un abrazo me has dado, Padre del alma.
Salí de tu casa, Señor, salí de mi casa. Anduve vacío sin ti, perdí la esperanza. Y una noche lloré, lloré mi desgracia, y una noche lloré, lloré mi desgracia.
Camino de vuelta, Señor, pensé en tus palabras, la oveja perdida, el pastor, el pan de tu casa; y a mis ojos volvió, volvió la esperanza, y a mis ojos volvió, volvió la esperanza.
Tu casa mi casa será, será mi morada, banquete de fiesta mi hogar, vestido de gracia; y una túnica nueva para la Pascua, y una túnica nueva para la Pascua.
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La Fe llega a América
Por: Virgilia Castro
“Vayan por todo el
mundo y prediquen el Evangelio, bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Enséñenles todo lo que Yo le he dado a conocer. Yo estaré
siempre con ustedes” Mateo 28, 20
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Hace 2013 años,
una luz brilló en las tinieblas y fue interpretada por unos astrólogos desde el
lejano oriente como “La Salvación de Todas las Naciones”.
Reconociendo en esa Luz al único
Rey, Profeta y Sacerdote nacido de Mujer y engendrado por el Padre al impulso
del Espíritu Santo. Dones y carismas que
serían dados gratuitamente a todo ser viviente que por FE creyera en el Hijo del Hombre y en Su nombre fuera bautizado.
Esta FE por lo tanto fue esparcida a todas
las naciones a través de la Iglesia misionera y evangelizadora confiada y
edificada a los apóstoles. Grandes y pequeñas naciones se vieron envueltas de
una forma u otra en el nacimiento de esta FE.
Sin embargo la FE
tenía que cruzar fronteras y los grandes océanos, cortar distancias, unificar
razas y culturas hasta
llegar a ser una y universal; unir los
pueblos en un gesto de hermandad, solidaridad y unidad de esa misma FE.
Es así, como el 6
de diciembre del 1492 junto con el arribo de Cristóbal Colón y sus acompañantes
se clava en nuestro suelo la primera Cruz, símbolo de nuestra FE. Sabemos que con la conquista, que
en nombre de los Reyes de España se llevó a cabo, se nos trajo también la creencia
en un solo Dios verdadero.
Esto no es una clase de Historia Dominicana, pero
sabemos que con Colón llegaron a La Isabela gentiles hombres, así como ladrones
y criminales; pero
también llegaron Hombres de la categoría de Fray Ramón Pané, Fray Pedro de
Córdoba, el padre Montesinos reconocido por sus sermones en defensa de los más
débiles, el padre Las Casas llamado y reconocido por su labor evangelizadora de
justicia y paz, entre el torbellino de la injusticia política, social y
económica del español contra el Indio Taíno, “EL defensor de los indios”.
También llegaron órdenes religiosas como la de Santo Domingo, “Dominicos”
fundada por Santo Domingo de Guzmán en el año 1200 aproximadamente;
Franciscanos y otros hombres de FE
que extendieron por toda la Isla el Evangelio de Cristo. La Fe que hoy nos
dignamos profesar y que desde la Isla fue extendida a casi toda la América.
Cada nación, cada pueblo vive y practica la
misma FE en Cristo y su Iglesia,
pero cada pueblo tiene su idiosincrasia, su identidad, su forma peculiar. En el
pueblo dominicano, ya vimos cómo fue Cuna e irradiadora de la Fe, así es que
sabemos su origen y aunque al principio fue turbulenta, desgarradora,
incomprensible y hasta cruel por venir vinculada a la conquista, se dio gracias
a Dios y es auténtica. Aunque creció bajo mucha ignorancia y supersticiones
debido entre otras cosas a la mezcla de razas, aunque aparecen otras sectas
religiosas podemos decir con gran certeza que el pueblo dominicano es católico
de verdad.
La FE
del dominicano puede definirse centrada en los Mandamientos y Sacramentos. Fiel
a la Tradición, al Evangelio y el amor a la Madre de Dios. Un pueblo que acoge
al peregrino, que ama al hermano, que abre la puerta de su corazón al que lo
necesite, que reza el Ángelus tres veces al día, el último a las seis de la
tarde seguido del Santo Rosario. Así crecí yo y aunque hace varios años que
dejé mi país, sé que en muchos hogares esta tradición continúa; Siempre
dispuestos a darse.
Sabemos que por la escasez de sacerdotes y la
división sociopolítica de nuestro pueblos encontramos una parroquia para 20
pueblecitos entre secciones y parajes, razón por la cual muchos van a misa una
vez al mes cuando el sacerdote solía ir o si se moría alguien, sin embargo
durante el Año Litúrgico todos van a la
Parroquia en las celebraciones Solemnes y
Fiestas de Guardar sin importar la distancia. Las tradiciones o
costumbres siempre han sido celebradas: las advocaciones marianas, como la Altagracia
y las Mercedes con peregrinaciones y fiestas tradicionales, la fiesta de San
Andrés, el 30 de noviembre con tiradera de polvo, harina o almidón, los
aguinaldos y posadas durante el Adviento; en las Navidades es sagrada la
Vigilia de Natividad, después de la tradicional cena de Noche Buena, la Vieja
Belén, los juegos del 28 de diciembre o día de los inocentes, Espera del Año
Nuevo con montantes y algarabías, pero la más esperada y celebrada de todas era
y sigue siendo los Santos Reyes donde
los niños preparaban y siguen preparando gozosos su vaso de agua y hierbas
frescas para los camellos. La cuaresma,
recuerdo muy bien se distinguía y así sigue siendo, por los vía crucis
miércoles y viernes lo mismo que el ayuno y a veces por las calles, sacrificios
y abstinencias. El domingo de Ramos y el Triduo Sacro eran celebrados con gran
solemnidad. El Viernes Santo era de un silencio total y no se oía ni un pilón
en las cocinas, todo se preparaba con anticipación y si te levantabas en la
mañana e iba al río el agua que cogías quedaba bendita.
En mi etapa de adolescente lo que más
disfrutaba eran “Las Flores de Mayo” y en Octubre llevar el Rosario por los
hogares, cuando al inicio de la década de los 60 surge la Promulgación de la
Iglesia: “Familia que reza unida, permanece unida”. No es posible pasar por
alto las celebraciones de “Las Fiestas Patronales” de un gran tradicional
contenido religioso tiempo en que los Obispos iban y se llevaban a cabo los
Sacramentos de la Iniciación Cristina por montón, en los últimos años, aunque
sigue siendo festivo religioso ha tomado un matiz más sociopolítico, al menos
en mi comunidad de Guayubín. Estas fiestas patronales son inolvidables y se
remontan a años sin términos.
Con el paso de los años esta, nuestra FE ha ido en casi todos los rincones de
nuestro país y América, como en todo el Mundo, dando un giro extraordinario. Gracias
a Dios grandes laicos consagrados desde la perspectiva de su profunda Fe
vislumbraron desde sus hogares, lugares de trabajo tanto civiles como militares
y sus comunidades que algo no andaba bien, que el hombre debido a lo que vivían
los pueblos entre si, guerras civiles como mundiales, dictaduras,
discriminación racial, segregación se alejaban de Dios y había que hacer algo
para volverlos a Dios e integrar a los jóvenes a construir desde dentro un
mundo mejor. Entre esos laicos, permítanme mencionar a Eduardo Bonin, de
Mallorca, España, el cual con su dedicación y entereza se dispone a restaurar
la Fe en cristo y la Vuelta a su Iglesia fundando a la luz del evangelio y a
impulsos del Espíritu Santo el
Movimiento de Iglesia que ha sido capaz de transformar y atraer al
hombre hacia Dios haciendo uso del Kerigma y usando como medio la Amistad
Cristiana. A mediados y casi la totalidad del siglo XX se enfrascó la Iglesia
con el apoyo de sus líderes Papa Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI y por supuesto
nuestro Santo Beato Juan Pablo II comenzaron a abrirse las ventanas y para la
década de los 40 una Nueva Evangelización comenzó a dar sus primeros pasitos. Surgen
las jornadas juveniles, la Acción Católica entre ellas y sin duda alguna el
“Movimiento de Cursillos de Cristiandad”; Movimiento de evangelización
Pre-Vaticano II dando frutos gigantescos por todo el mundo y en diferentes
lenguas. Hay grupos en la Iglesia y muy buenos, pero que te lleven a vivir los
tres encuentros que todo ser humano necesita, solo el “Cursillo de Cristiandad
lo ofrece.
Esa transformación renovadora del Siglo XX
trajo a la Iglesia de Cristo aires nuevos. Desde el 1914 un nuevo oleaje en un
mundo de guerras, dictaduras, surgimiento de nuevas iglesias, el comunismo y el
ateísmo hacen que el hombre pierda sus valores y dignidad, y entonces entra la
Iglesia de Cristo en la defensa de la Fe y es el Vaticano II y la Presencia de
nuestro Santo Beato Papa Juan Pablo II que abre las puertas a la Nueva
Evangelización, que no es más que volver a los orígenes y fundación de la
Iglesia de Cristo. Misión: “Volver a los alejados de vuelta a Dios”, recordando
que la Iglesia es cristocéntrica y asequible a todos, entonces entra en juego
la Inculturización. Nuevas formas de catequizar y la oportunidad de que el
laico o seglar juegue en la misión evangelizadora un rol importantísimo, la
misión bautismal de ser rey, profeta y
sacerdote y se lance a la conquista del mundo para Dios. Entra en juego
entonces la Doctrina Social de la Iglesia y la cristianización de los ambientes
juega un papel primordial.
A principios del Siglo XXI, en su segunda
década y viviendo el Año de la Fe como nunca, llega una novedad a la Iglesia de
Cristo, el Papa Francisco y estas
palabras de él nos dan una clara imagen de un verdadero edificador de la
Iglesia de Cristo: “El Señor nos envía al
combate espiritual. Un combate a Muerte que El lleva adelante y en el que
nosotros somos invitados a encontrar nuestro lugar de lucha definitivo, conscientes
de que la guerra es de Dios. La guerra es contra el enemigo de la natura
humana, como llama Ignacio al demonio. Y por tanto es guerra del “amigo de
natura humana”, del Señor que quiere conquistarnos para Dios y recapitular todo
lo bueno de la creación en sí para ofrecerlo al Padre, para gloria suya.
Lo que está en
juego es si en mi corazón, en el de la Iglesia y el mundo entero se va
instaurando el Reino de los cielos, con su ley de la caridad y con el estilo de
vida del Señor: de pobreza, humildad y servicio, o se va instalando el reino de
este mundo, con sus leyes y su estilo de riqueza, vanidad y soberbia.” Resumen
de su libro: “En El solo la esperanza.”
No hay duda que América es el futuro de la
Iglesia de Cristo, por eso mirándonos con ojos compasivos y misericordiosos,
amor del bueno nos regala al Papa Francisco. Nuestro Papa argentino.
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